Escuchar a quienes no hablan (publicado el 23/08/21 en La Voz de Galicia)

    ¿Saben ustedes eso de que a buen entendedor, pocas palabras bastan? Y yo me pregunto; ¿y muchas palabras, sobran? 

    Este año he tenido el placer de conocer a un joven de esa especie en extinción, y he podido confirmar que sí. A Rodrigo le incomodan. Sin embargo, no es tanto la cantidad de palabras como su calidad. Ganarse su atención requiere un vocabulario selecto, preciso y directo. También una abundante dosis de paciencia. Recuerden que el buen entendedor todo lo escucha, mucho lo entiende y poco lo comparte. Ha de ser usted quien le moleste, le quite los auriculares y lo devuelva al mundo real. Ha de darle tanto tiempo como espacio, tanta atención como conversación. No evite las preguntas, pero respete su silencio. Sepa que para él es algo de lo más valioso. Insista discretamente hasta que empiece a dudar de si está rozando el acoso. Si sigue los pasos de este manual, quizá llegue a buen puerto. Yo lo hice, ¿sabe? Y resultó ser entrañable. Tras seis meses limitada a monosílabos y meras formas de cortesía, conseguí trazar el camino hacia su confianza. 

    Los primeros destellos de sol se hacían hueco entre las ventanas del autobús, dando protagonismo a sus ojos claros y su cabello negro azabache. Sus finas manos se agitaban al tiempo que me hablaba de la tecnología y sus peculiaridades, siempre pendiente de evitar cualquier contacto visual. Aún sentado a mi lado, persistía en mantener la distancia, tanto física como verbal. Solo cuando mi humor estaba a la altura se permitía esbozar una sonrisa desenfadada. La nuestra fue una conversación ágil, fluida, repleta de sarcasmo, tecnicismos e imperativos en su correcta forma. Pero lo que verdaderamente le hace especial, es su poder de atracción. Un exquisito juego de palabras que desemboca en una charla entre dos (casi) desconocidos que se regocijan en perfecta armonía entre lo banal y lo enriquecedor. ¿No les resulta verdaderamente irónico cómo quien menos uso hace de la palabra, puede ser también quien más la domina? Aspiren a tener una conversación con un buen entendedor, se lo recomiendo. Rodrigo, aunque en contadas ocasiones, me hizo partícipe de una joya de la oratoria. No se conformen con menos.

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